Se Teme que el desastre en Cuba traiga un nuevo éxodo masivo a la Florida


En estos momentos que los huracanes Gustav y Ike han lanzado a Cuba a lo que se considera el peor desastre económico de su historia, expertos dicen que las condiciones pudieran empeorar lo suficiente para provocar un nuevo éxodo masivo.

El cálculo inicial de la Cruz Roja es que los daños oscilan entre $3,000 y $4,000 millones. Economistas y observadores de la situación en Cuba no creen que la isla pueda recuperarse completamente, e incluso una reconstrucción parcial pudiera demorar años.

Rodeados por la miseria, los cubanos pudieran aumentar su actividad a nivel de base o abandonar el país, dicen los expertos.

"Habrá más emigración'', dijo Jaime Suchlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami en la Florida.

El Dr. Jorge Sanguinetty, economista y presidente de la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana, concordó. Sanguinetty dijo que según informes recibidos de la isla, la situación ‘‘pudiera provocar otro Mariel porque la gente está desesperada''.

Gustav y Ike dejaron un caos en todos los sectores económicos. También afectaron gravemente una gran cantidad de viviendas.

En el poblado de Herradura, en la occidental provincia de Pinar del Río, las 600 casas del lugar se derrumbaron. Varias estructuras grandes, como los centrales azucareros Chaparra y Delicias, así como el Hospital Héroes de Baire en la Isla de la Juventud, fueron seriamente dañados.

Muchos cultivos en toda la isla fueron seriamente afectados y numerosos almacenes de alimentos quedaron destruidos. Cientos de torres de alta tensión estaban en el suelo y la red de acueducto está afectada, lo que hace aumentar las probabilidades de epidemias.

Guarioné Díaz, presidenta del Consejo Nacional Cubano Americano, dijo que aunque éste es probablemente el peor desastre económico en la historia de la isla, no habrá manera de cuantificar los daños con exactitud durante meses, probablemente nunca.

"Es imposible cuantificar los daños reales. En Cuba no hay un sistema de costos'', dijo Díaz. ‘‘Uno puede hacer un cálculo aproximado de la producción y comparar. Quizás el tabaco es el más fácil de cuantificar. Pero el costo social, las pérdidas en viviendas y el costo de la reconstrucción, eso no se puede calcular''.

Sin embargo, agregó: "Es evidente que hay cientos de miles sin techo y que las pérdidas alcanzan los cientos de millones de dólares''.

Incluso antes del golpe de los huracanes, la economía cubana estaba en mal estado, debido a los altos precios del petróleo, los alimentos y su dependencia del precio del níquel, el turismo y las remesas como fuentes de ingreso. El precio del níquel ha permanecido bajo y los turistas no se apurarán a visitar una isla devastada. Es posible que las remesas aumenten pero probablemente no lo suficiente para compensar las otras reducciones.

Estos factores, agregados a una infraestructura que ha estado falta de mantenimiento durante varias décadas, hará de la recuperación una batalla cuesta arriba.

"No van a poder reconstruir'', dijo Suchlicki. "Van a tener que arreglar lo que puedan. La reconstrucción será muy limitada''.

Sanguinetty concordó.

"Habrá algunas áreas de recuperación pero no algo general. Muchos damnificados de otros huracanes siguen viviendo en albergues. Probablemente se estabilice la producción y distribución de alimentos. No les queda más remedio que hacerlo rápido. El sector de la vivienda es el que más tardará en recuperarse, porque esto sucede además del déficit de viviendas que ya existe''.

"El peligro inmediato es la hambruna y las epidemias. Combinados con un éxodo descontrolado, pudiera afectar el control de Raúl [Castro] sobre el gobierno. Se trata de una situación que potencialmente es muy peligrosa para el pueblo cubano. Si yo fuera Raúl, aceptaría ayuda del extranjero'', agregó.

Los llama más la atención de los expertos es la casi total ausencia de Raúl Castro y si el impacto de los huracanes puede afectar su condición de nuevo líder del país. Raúl Castro tomó las riendas del gobierno en febrero en reemplazo de su hermano Fidel Castro.

"Todos en Cuba están asombrados que Raúl no ha salido en ninguna parte. Es un misterio. No hay orientación alguna en términos de reconstrucción o suministros'', dijo Sanguinetty.

Según Díaz, "en casos normales se veían fotos de Fidel frente a edificios dañados en casos de desastre o cortando caña a manera de ejemplo. Esto es muy interesante''.

Para el escritor cubano Carlos Franqui, que vive en Puerto Rico, esto es prueba de que Raúl Castro no sabe cómo reaccionar en tiempos de crisis.

"Evidentemente, no ha hecho ninguna presentación y no puede dirigir el país. No ha participado en nada durante los huracanes, excepto para decirle a Fidel que habían salvado a varios pescadores. Nunca aprendió a ser líder''.

No está claro que la falta de presencia de Raúl Castro haya reducido su estatus político, pero para Franqui, la situación es como una pelea entre un "un moribundo y un mudo''.

Aunque los medios oficiales cubanos han mostrado imágenes de Raúl Castro haciendo llamadas de apoyo a líderes provinciales y recibiendo una llamada del presidente brasileño Lula da Silva, ha habido numerosas fotos y videos del vicepresidente José Ramón Machado Ventura inspeccionando los daños en Camagüey y de Esteban Lazo, miembro del Buró Político, recorriendo Cienfuegos.

Sanguinetty dijo que es imposible saber qué pasa en el gobierno, pero sugirió que una posibilidad es que haya tensión entre Fidel y Raúl.

"Raúl puede estar tratando de encontrar una respuesta en medio de un enfrentamiento con Fidel. Por eso no se le ha visto en público. No sabemos nada, pero esta situación pudiera socavar la autoridad de Raúl, que ya era un tanto frágil''.

La Dra. Susan Kaufman Purcell, directora del Centro de Política Hemisférica de la Universidad de Miami, dice que el terremoto de 1985 en México ofrece un ejemplo instructivo.

"En términos de implicaciones políticas, en México la gente esperaba que el gobierno ayudara, pero no fue así. Así que todo termina con la gente organizándose por su cuenta. A medida que aumentaron las exigencias de democracia en México, algunos analistas atribuyeron esto a las experiencias de los mexicanos después del terremoto, que mostró lo que podían hacer por su cuenta. De repente surgió un liderazgo a nivel de base''.

"Veamos lo que sale de esta crisis en Cuba'', agregó.

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