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El gobierno cubano evaluaba el miércoles la destrucción posiblemente multimillonaria dejada por el huracán Ike, que atravesó la Isla derribando viviendas e infraestructuras y elevando la presión sobre una economía, ya golpeada por el ciclón Gustav y el creciente costo de las importaciones, informó Reuters.
"La economía está sufriendo un golpe muy duro, y no sólo muy duro, sino además en un plazo de tiempo limitado", reconoció el primer vicepresidente, José Ramón Machado Ventura, tras recorrer las provincias orientales de Holguín, Las Tunas y Camagüey, que recibieron toda la furia de los vientos de Ike.
Antes del azote de los huracanes, el Banco Central de Cuba había pedido a algunos de sus acreedores reestructurar su deuda, a raíz del impacto del aumento de los precios de los combustibles y alimentos, unido a una caída de los precios del níquel, la principal exportación del país.
"Si antes teníamos poco dinero en efectivo, imagínese ahora. Hay poca liquidez para la recuperación, por no hablar de otras cosas", dijo un economista cubano que pidió no ser identificado.
Cuba, bajo un embargo económico de más de 40 años impuesto por Estados Unidos, no integra el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial ni otras agencias multilaterales de crédito a las que podría acudir en situaciones como la actual.
La recuperación económica, seriamente comprometida
La economía cubana pasó en los últimos años de depender de la caña de azúcar a los servicios, que hoy representan un 74% del Producto Interno Bruto y un porcentaje similar de los ingresos en divisas, de acuerdo con datos oficiales.
El turismo y las exportaciones de servicios a Venezuela y otros países son dos de las principales fuentes de ingresos en divisas de la Isla.
El total de las importaciones fue de 10.000 millones de dólares el año pasado y los ingresos en divisas, de unos 10.500 millones de dólares.
La reestructuración debería aliviar un poco el golpe de los huracanes a la economía, pero los pagos se retrasaron y las importaciones se ralentizarían en los próximos años, dijeron economistas locales.
Según los expertos, la incipiente recuperación, tras los años de crisis que siguieron a la desaparición de la Unión Soviética, así como los planes para fortalecer la economía, están seriamente comprometidos por la devastación de Ike y Gustav.
Ike dañó en mayor o menor medida la industria azucarera de toda la Isla. El Ministerio del Azúcar dijo que el huracán arrasó unas 90.000 hectáreas de caña y ocasionó daños en los techos de centrales y almacenes.
Un informe preliminar, difundido por la radio estatal, dijo que otras 8.000 hectáreas de caña estaban bajo agua.
"Va a tener un gran impacto, debido a que la tormenta golpeó duro en las provincias que más azúcar producen, como Holguín, Las Tunas, Camagüey, Villa Clara y Cienfuegos", dijo el trabajador cañero jubilado Carlos Guevara, en una entrevista telefónica desde Holguín.
El Ministerio del Azúcar había dicho en julio que esperaba que la cosecha de 2009 aumentara entre un 25 y 30 por ciento respecto a la 2008, cuando se produjeron 1,5 millones de toneladas de azúcar sin refinar.
"Estamos mal. He trabajado en el sector del azúcar durante 40 años y pienso que el aumento que estaba previsto para este año se puede olvidar con estas afectaciones", dijo Guevara.
Ike también perjudicó las zonas cafeteras del país, donde causó importantes daños, según la radio estatal. Fuentes de la prensa independiente en Holguín dijeron a CUBAENCUENTRO.com que, sólo en esa provincia, se habrían perdido 115.000 latas de café, más del 40% de la cosecha.
Afectaciones similares se registrarían en miles de hectáreas de frutas, hortalizas y viandas destinadas a la alimentación de la población.
La industria del níquel, principal producto de exportación, que aporta 2.100 millones de dólares al año, tuvo que paralizar su producción, y tardará días en reparar los daños de sus plantas y minas.
El turismo, generador de más de 2.000 millones de dólares al año, tuvo que cancelar vuelos y reservaciones, y muchos de sus atractivos, como el casco histórico de Camagüey —Patrimonio de la Humanidad— o Viñales, en Pinar del Río, quedaron seriamente dañados por lluvias e inundaciones.
Las evacuaciones, que sólo con el último huracán alcanzaron a 2,6 millones de personas (casi uno de cada cuatro cubanos) suponen gastos millonarios en transporte, alimentación, atención médica y custodia policial de bienes en los lugares evacuados.
De acuerdo con las autoridades cubanas, a la lista se sumarían los daños a unas 340.000 viviendas, cifra que podría aumentar, dado que Ike prácticamente desapareció pueblos enteros.
¿De vuelta al Período Especial?
"Esto significa un retroceso de 15 años, volvemos al inicio del periodo especial" dijo Ángel Gutiérrez, de 59 años. El médico Frank Pérez lo rectificó: "Más para atrás, en 1993 (el momento más agudo de la crisis) el fondo habitacional estaba en mejores condiciones que ahora".
"Vamos a tardar años en volver a comer un plátano, ya una vez tuvimos como tres años por otro ciclón", dijo Mariela Frías, de 62 años, mientras miraba por la televisión los reportes de plantaciones perdidas en todo el país.
El lunes, el gobierno decretó un alza del precio de los combustibles de más del 55% para la gasolina y de un 86% para el diesel.
"Esto lo dispara todo. Cuando pase el ciclón vamos a ver como sube el precio de los boteros (taxis particulares) y de los productos del agromercado, la cosa se va a poner más mala", opinó Jorge González, de 48 años.
"Hay mucha desolación, desolación material y desolación mental, la gente tiene muchos temores sobre el futuro inmediato", afirmó la doctora Miriam Rodríguez.
Cuba estaría en una situación más grave que la del Período Especial
Etiquetas: Huracanes |
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