Los destrozos provocados por el huracán Gustav en la agricultura cubana contienen todos los ingredientes para una prolongada crisis de abastecimientos entre la población.
Al menos los planes de reanimación agrícola emprendidos por el gobernante Raúl Castro con el fin de disminuir las costosas importaciones de alimentos han sufrido un contundente golpe tras el paso del meteoro por las provincias de Pinar del Río, La Habana y el municipio especial Isla de la Juventud.
"Este es un huracán sobre el otro huracán que ya existía en Cuba'', comentó el martes desde La Habana el economista disidente Oscar Espinosa Chepe. "El costo de esta tragedia es enorme''.
El gobierno cubano pronosticó que las tímidas reformas en el sector agrícola empezaran a arrojar resultados en su balanza comercial a partir del 2009, con una disminución tentativa de las importaciones de alimentos de entre el 5 y el 10 por ciento.
Los pronósticos quedaron en el limbo después del paso de Gustav y en medio de una temporada ciclónica que podría provocar nuevas pesadillas en la isla.
Aún sin estimados totales de las pérdidas, las cifras preliminares del Ministerio de la Agricultura en Pinar del Río son alarmantes:
* 3,306 casas de tabaco destruidas, 2,184 averiadas y afectaciones en almacenes, escogidas, despalillos y fábricas. Gran parte del tabaco que se conservaba en poder de los cosecheros es pérdida total.
* 13,070 hectáreas de viandas, 2,931 de granos, 543 de frutales y 471 de hortalizas.
* En las áreas urbanas se vieron afectados 445 organopónicos, 392 huertos, 14 fincas de semillas y 17 de frutales, así como 140 toneladas de productos de casas de cultivo.
* Devastación de la cosecha de café apenas iniciada, con afectaciones en 172,000 áreas en desarrollo.
* 300 hectáreas de centros especializados en el cultivo de arroz.
* 930,000 aves perjudicadas, de las que se aconseja sacrificar 161,000.
El panorama agrícola resulta también desolador en Isla de la Juventud, donde Gustav prácticamente arrasó con los cultivos de cítricos y aniquiló las conservaciones de plantas exóticas. En áreas rurales de los municipios de Güira de Melena, Artemisa y Güines los daños fundamentales se reportaron en el plátano, hortalizas y otros cultivos menores.
A la debacle agrícola se suman pérdidas de toneladas de alimentos que estaban almacenados.
Aunque las autoridades y la prensa oficial consideran que el mayor reto tras la devastación de Gustav es la vivienda, con más de 110,000 viviendas destruidas total o parcialmente, los analistas creen que la magnitud de los estragos en la agricultura generará serios problemas a la economía cubana a corto y mediano plazos.
Cuba invirtió el pasado año unos $1,800 millones en compra de alimentos para poder satisfacer la demanda nacional. El 85 por ciento de la canasta básica del país proviene de importaciones.
Este año el plan contemplaba desembolsar unos $2,600 millones, teniendo en cuenta el costo de los alimentos y el alza del combustible en el mercado mundial. Pero es probable que el gobierno se vea obligado a incrementar las compras para evitar desabastecimientos críticos.
"En la coyuntura en que se encuentra el país no hay otra salida: o desembolsan más dinero o la población tendrá menos comida que el año anterior'', opinó José Alvarez, especialista en economía agrícola y profesor emérito de la Universidad de la Florida (UF).
El académico consideró altamente preocupantes las pérdidas en el sector tabacalero, que representa el tercer rubro de exportación con unos $236 millones anuales.
"Es elemental que van a aumentar las facturas de importaciones y habrá menos entradas por las pérdidas del tabaco y la caída de los precios del níquel en el mercado mundial'', agregó Alvarez. ‘‘Creo que ha llegado el momento de que el gobierno se plantee seriamente una profunda reforma de la agricultura más allá de entregar pedazos de tierra en usufructo o abrir quince tiendas para vender machetes y guantes''.
Pero el mapa de las importaciones agrícolas cubanas comporta el desafío de la liquidez monetaria.
Acreedores y proveedores de La Habana han manifestado recientemente sus dudas por el riesgo que representa Cuba, debido a su dependencia de las importaciones y a sus reiterados incumplimientos de pago.
El gobierno notificó al menos a dos gobiernos europeos que no realizaría los pagos correspondientes a agosto de la deuda contraída con ellos o con empresas de esos países, alegando falta de fondos. Fue el mismo argumento esgrimido por la estatal Cuba Petróleo (CUPET) ante la empresa canadiense Pebercan, que no ha recibido pagos por la extracción de petróleo en suelo cubano desde comienzos de año.
A comienzos de agosto el asegurador japonés Nippon Export and Investment Insurance (NEXI) dejó de aceptar nuevas solicitudes para asegurar negocios con Cuba después que La Habana incumplió el pago a exportadores y notificó a Tokio que los altos precios del petróleo y los alimentos le obligaban a reestructurar su deuda oficial.
En su discurso del 26 de julio Raúl Castro advirtió que los cubanos deberían acostumbrarse "a no sólo recibir buenas noticias''.
"Está claro que el país no puede hacerle frente a esta situación si no recibe ayuda del exterior'', expresó Chepe. "Es hora de que Raúl Castro salga a dar las malas noticias''.
Luego de tres días del paso de Gustav por la isla, Raúl Castro no había hecho ninguna aparición o declaración pública.
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