El estancamiento de la economía, la dura represión contra la disidencia interna y el enquistamiento del régimen castrista son factores que impulsan un proceso de "anti-transición" en Cuba, afirmaron hoy en Miami varios expertos.
La sociedad cubana muestra claras señales del "impacto negativo de las políticas" del Gobierno y del "completo deterioro" económico y social actual, coincidieron los analista en una conferencia organizada hoy por la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana (Asce).
"Sostengo que hay un proceso de 'anti-transición'" en la isla cuyo objetivo es apuntalar la "continuidad y estabilidad" del régimen castrista, dijo Frank O. Mora, profesor de Estrategia de Seguridad Nacional de la Universidad Nacional de Defensa.
Mora explicó que lo que denomina "anti-transición" es un proceso fraguado por la cúpula castrista para evitar "el colapso del régimen" y que la "esencia de la revolución desaparezca".
Dos años después de que el líder cubano, Fidel Castro, anunciase la cesión de sus cargos a su hermano Raúl, los "raulistas" han hecho todo lo posible para "asegurar la continuidad del régimen y que la primera generación de la revolución no desaparezca".
En ese sentido precisó que el eje central es, "en este momento de incertidumbre", la "continuidad y estabilidad" del régimen, pese a que ellos mismos reconocen la necesidad de efectuar "ajustes y cambios".
Raúl Castro y "la elite política", prosiguió, son conscientes de que el "modelo fidelista no es el ideal", pero están condenados a defender su andamiaje.
Una "fisura" en éste, aventuró, podría entenderse como la "oportunidad para el cambio político y el consecuente desmoronamiento del régimen", algo que los "raulistas" están dispuestos a impedir a toda costa.
En una conferencia telefónica desde Cuba, el disidente cubano Oscar Espinosa Chepe quiso dejar claro que al aumento de expectativas en la población sobre posibles cambios en la isla, el Gobierno ha respondido con "un jarro de agua helada".
En ese contexto consideró lamentable que medidas de "reforma de poca monta", pero que "eran un primer paso", se hayan paralizado.
Podemos hablar "casi" de una "contrarreforma" y de "ataques virulentos contra la disidencia interna", aseveró Espinosa.
El disidente atribuyó esas acciones al "sector más duro" del Gobierno cubano, que, a su juicio, "no quiere ningún tipo de cambio económico" porque entrañaría "cambios políticos".
Puso en duda los datos presentados por el Gobierno sobre la tasa de desempleo (1,8 por ciento), algo que, dijo, "si fuera cierto, colocaría a Cuba en una situación de pleno empleo" y se contradice con "la cantidad de personas en edad laboral que no hacen nada productivo".
En lo que respecta a la educación, subrayó que los problemas en la enseñanza "crecen y se profundizan", con cerca el 50 por ciento de los profesores "emergentes y no titulados".
Además, indicó que el 50 por ciento de las tierras están sin cultivar y el país necesita importar el 84 por ciento de los alimentos que consume.
Espinosa avanzó como única opción para hacer frente a las condiciones actuales continuar por "el camino de las reformas", lo que permitirían incrementar "la productividad y la riqueza".
Si embargo, Raúl Castro "no ha ofrecido ninguna solución, sólo habla de malas noticias" en un momento en que los cubanos, señaló, "no tienen más agujeros en el cinturón para hacer más sacrificios".
Para Gary Maybarduk, ex funcionario de alto rango del Departamento de Estado de EE.UU., existe hoy una "inminente posibilidad de cambio en Cuba", una situación que debe obligar a Estados Unidos a "trazar una estrategia".
Dicha estrategia, precisó Maybarduk, debe responder al interés de "la seguridad nacional", para lo cual es vital -dijo- contener cualquier intento de éxodo masivo de la isla y "prevenir que Cuba se convierta en paso de tráfico de drogas".
"Cuba está en el comienzo de una transición", una situación que si EE.UU. aprovecha "sabiamente" podrá servir al advenimiento de una nación "democrática y próspera", aseguró.
En cuanto a la ley Helms-Burton, aseguró que ésta "permanece muda" respecto a los asuntos de seguridad nacional y que se trata de una política "idealista, pero no pragmática".
Se mostró partidario de no levantar "unilateralmente" el embargo de Estados Unidos a Cuba e indicó que sería conveniente esperar hasta que el proceso de liberalización política y económica esté en marcha.
No obstante, "por razones humanitarias", se debería "eliminar las restricciones de viajes de familiares y el envío de remesas a la isla", acotó.
Cuba sufre una "anti-transición" para apuntalar el régimen, según expertos
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