Cuatro hombres se perfilan como pilares de la cúpula gobernante.
Cuatro hombres serán los pilares de la estructura de poder que habrá de elegir el próximo domingo la Asamblea Nacional de Poder Popular de Cuba (Parlamento) para concluir con cerca de cinco décadas de mandato absoluto de Fidel Castro Ruz.
Castro, hombre que es blanco de los odios más recalcitrantes y venerado por sectores de la llamada izquierda de América Latina, dejará el poder sin alejarse de él en su totalidad.
Su hermano Raúl se mantendrá al frente de la presidencia cubana, pero con un cogobierno de tres nuevas generaciones de cubanos.
Después de la sorpresa que dio ayer el propio Castro al anunciar que no aceptará una vez más los cargos de presidente del Consejo de Estado y comandante en jefe, en la isla ya nadie espera más sorpresas y se da por descontado que el próximo domingo Raúl Castro asumirá de manera oficial la jefatura del Estado.
Carlos Lage, un médico que ha devenido en economista, y Felipe Pérez Roque, un líder juvenil del Partido Comunista (PC) ahora con funciones de canciller, son parte de la nueva generación que desplazará a dirigentes del histórico ejército rebelde.
También se espera que en la nueva estructura ocupe alguna de las máximas responsabilidades Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, un experimentado político y diplomático con más de tres décadas en el servicio público cubano.
El presidente interino de Cuba, Raúl Castro Ruz, asumirá este domingo, según versiones de diplomáticos en La Habana y funcionarios del propio gobierno cubano, la presidencia del Consejo de Estado y el cargo de comandante de las Fuerzas Armadas, lo que lo convertiría en jefe de Estado.
Sin embargo, las mismas fuentes consultadas aseguran que no presidirá ni el Consejo de Ministros ni tendrá el liderazgo del Partido Comunista de Cuba (PCC), el único reconocido legalmente en la isla.
Lo que deja un líder
Castro, de 81 años de edad, anunció su retiro de dos de los cuatro cargos que mantiene: presidente del Consejo de Estado y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas; por ende, no presidirá el próximo Consejo de Ministros, el cual, según logró confirmar este diario, podría recaer en dos de los hombres de la mayor confianza de los hermanos Castro: Ricardo Alarcón o Carlos Lage, los funcionarios que han impulsado las reformas económicas y diplomáticas más importantes en los últimos 12 años del gobierno castrista.
A partir de que fue aprobada la Constitución posrevolucionaria en 1976, Fidel Castro ha ostentado todo los cargos importantes en Cuba: presidente de los Consejos de Estado y de Ministros; comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y primer secretario del gobernante Partido Comunista de Cuba.
Hace 15 años, el propio Fidel Castro impulsó a hombres de nuevas generaciones que habrán de dirigir en los años venideros el destino de la isla, y sobre todo buscarán alejarse de la sombra de la ex Unión Soviética para acercarse más a Vietnam y China.
La renuncia de Fidel Castro a la continuidad es un parteaguas que posibilita el ascenso a la cúpula política de la isla de una nueva generación nacida en los años 60 y 70, y la desaparición de los dirigentes históricos de la Sierra Maestra que acaparan, en la actualidad, los principales cargos del gobierno cubano.
Tres reformadores
Tres hombres serán los encargados de reformar el sistema cubano:
Ricardo Alarcón es un diplomático de carreta dedicado a las relaciones con Estados Unidos. Ha sido en los últimos 30 años el encargado de las negociaciones migratorias con el país del norte.
Fue representante de Cuba ante las Naciones Unidas y ministro de Relaciones Exteriores. Funge en la práctica como el primer ministro de Fidel Castro y es considerado como el cubano con los mayores contactos en el mundo.
Carlos Lage fue desde la caída de los países socialistas el encargado de la nueva estrategia económica de Cuba. Se le conoce en los círculos de gobierno y diplomáticos como “el administrador de la crisis” y es el tercer hombre de la nueva estructura del poder en Cuba. Es miembro del Buró Político del PCC y vicepresidente del consejo de Estado y de Ministros. Es el impulsor de cambios y reformas del sistema económico cubano, principalmente en lo que se refiere al incremento de los fondos exportables y apertura al capital extranjero.
Pérez Roque representa a la generación más joven nacida en los años 70 que vivió la caída de los países del bloque socialista. En tan sólo 10 años se ha convertido en el “cartero” de Fidel, por sus misiones de entrega de información del mandatario a personeros importantes del mundo.
Los nuevos hombres post Fidel Castro harán a un lado a personalidades históricas que influyeron en las políticas de la isla hasta el derrumbe de los países de Europa del Este y la desintegración de la Unión Soviética, los aliados históricos de la mayor isla del Caribe.
La Habana, en calma
En tanto, los cubanos recibieron ayer con tranquilidad el anuncio de Fidel Castro de que, por razones de salud, no aceptará ser reelegido presidente del Consejo de Estado ni comandante en jefe, y se acoge a la jubilación tras casi medio siglo en el poder y 19 meses de convalecencia.
“Les comunico que no aspiraré ni aceptaré —repito—, no aspiraré ni aceptaré, el cargo de presidente del Consejo de Estado y comandante en jefe”, recalcó Castro en un mensaje publicado en los principales periódicos de circulación nacionales, la televisión y la radio, todos estatales.
Pese a ello, las calles de La Habana —ciudad en la que sólo hubo una manifestación opositora en las últimas décadas— permanecieron ayer en calma.
Convaleciente de una enfermedad intestinal desde julio de 2006, Fidel Castro consideró que “traicionaría” su conciencia “ocupar una responsabilidad” que “requiere movilidad y entrega total” que no está “en condiciones físicas de ofrecer”.
Pero aclaró: “No me despido de ustedes. Deseo combatir como un soldado de las ideas (...) Será un arma más del arsenal con la cual se podrá contar. Tal vez mi voz se escuche”.
La oposición interna cubana acogió el anuncio como una posibilidad de que se abran las puertas a cambios en la isla. Discrepan sobre si Castro seguirá manejando Cuba “entre bambalinas”. Castro “se retira de la posibilidad de ser nombrado de nuevo presidente, pero no ha dicho nada de dejar de seguir siendo primer secretario del Partido Comunista” cubano, señaló la opositora Martha Beatriz Roque, portavoz de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil (APSC)
Cuba inicia nueva era
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