El coreógrafo y bailarín cubano Alberto Alonso, fundador del Ballet Nacional de Cuba y legendaria personalidad de la danza del siglo XX, falleció el pasado lunes en la ciudad de Gainsville, Florida, a los 90 años, a causa de un paro cardíaco.
Creador de verdaderos hitos del ballet moderno como Carmen, El solar y El Güije, Alonso fue artífice de la ''escuela cubana de ballet'', convirtiendo la sensualidad popular, los ritmos afrocubanos y la tradición folclórica en materia de estilización clásica.
''Se fue de este mundo con mucha dignidad y gloria'', declaró anoche su viuda, la bailarina Sonia Calero. ``Es algo terrible para mí, pero estaba cansado y no podía vivir sin estar activo''.
Calero, quien fuera su esposa por 43 años, estaba junto a Alonso al ocurrir el fatal desenlace la noche del 31 de diciembre. El coreógrafo se desmayó en la sala de su casa y fue llevado de urgencia a un hospital, donde falleció poco después de las 10:30 p.m.
El matrimonio se había radicado en México en 1991 y dos años después viajó a Estados Unidos, donde solicitó asilo político. Alonso nunca retornó a Cuba.
Nacido en La Habana en 1917 en el seno de una familia acomodada, Alonso recibió sus primeras clases de ballet con profesores rusos en la sociedad Pro Arte Musical de La Habana, a comienzos de los años 30. Por esa época también cursó estudios en el Springhill College, en Mobile (Alabama).
Pero en 1933 retornó a Cuba y dos años después su profesor Nicolai Yavorsky, cercano amigo del fundador del Ballet Ruso de Montecarlo, lo recomendó para que integrara la compañía, que le permitió viajar por el mundo e interpretar papeles principales en obras como El príncipe Igor y Petrouchka.
Al calor de la II Guerra Mundial terminó su estancia en Europa con el Ballet Ruso de Montecarlo (1935-1940). Alonso viajó a EEUU y luego de una etapa de dura sobrevivencia, se incorporó al American Ballet Theatre (ABT) en 1943.
Participó en la comedia musical Yolanda y el ladrón (1945), protagonizada por Fred Astaire y Lucille Bremer, bajo la dirección de Vicente Minelli, y en 1948 regresó a la isla para formar parte del nacimiento de un proyecto que en breve se erigió en una cátedra danzaria de nivel mundial: junto a su hermano Fernando Alonso y su entonces cuñada Alicia Martínez (la prima ballerina assoluta Alicia Alonso), fundó el Ballet Alicia Alonso, renombrado luego como Ballet Nacional de Cuba (BNC).
Con el BNC cumpliría un brillante magisterio como coreógrafo, con más de 100 piezas de su autoría. Pero sin dudas su obra más memorable es Carmen, la creación coreográfica cubana que más versiones ha tenido internacionalmente.
Fue tras ver la presentación en Moscú de El Solar, en 1966, que la célebre bailarina rusa Maya Plisetskaya le pidió a Alonso una adaptación de Carmen para interpretarla ella. La obra se estrenó con un rotundo éxito en el Teatro Bolshoi el 20 de abril de 1967, en medio de un agrio debate con Alicia Alonso, que pretendía presentarla primero en La Habana.
El pasado noviembre, el coreógrafo participó como invitado de honor de Plisetskaya para el montaje de Carmen, en ocasión de los festejos por el 80 cumpleaños de la famosa bailarina. Una versión de la obra está en preparación por el Miami City Ballet, que planea el estreno para mayo en el Teatro Gusman junto con la exhibición del documental biográfico Dance of my Heart (Danza de mi corazón), realizado por el cineasta Ricardo Acosta el pasado año.
En el exilio, Alonso prosiguió su labor coreográfica y ejerció como profesor del Santa Fe Community College de Gainsville desde el 2000.
Su primera creación como artista exiliado fue ¡Sí señor! es mi son, estrenada por el Ballet Hispano de Nueva York en 1995.
En septiembre del 2006, el Festival Internacional de Ballet de Miami le confirió el Premio a una Vida por la Danza.
''Era un hombre lleno de vida, pasión y optimismo'', recordó Pedro Pablo Peña, director del festival miamense. ``Cuba ha perdido a su coreógrafo más genuinamente criollo y universal''.
Además de Calero, lo sobreviven en EEUU sus hijos Alberto, María Victoria y María Elena (las dos últimas de un matrimonio anterior), y un nieto. En Cuba, su hermano Fernando, de 93 años. El velorio será este sábado, a partir de las 11 a.m., en la funeraria William Thomas, en Gainsville. El cadáver será cremado y, según su último deseo, las cenizas serán esparcidas en el mar.
Muere a los 90 años el coreógrafo y bailarín cubano Alberto Alonso
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