Por qué marchar un 10 de diciembre

Por Dora Amador:

Darsi Ferrer, uno de los opositores más osados de Cuba, ha convocado a una marcha el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, fecha que la oposición cubana ha elevado como una llama inapagable en nuestro nuevo calendario de efemérides.

El año pasado hizo lo mismo y el grupo de opositores que lo acompañaron para participar en la marcha pacífica fue agredido salvajemente. Cuado llegaron al parque Amadeo Roldán, en La Habana, donde se habían citado para la manifestación, se encontraron con 200 policías esperándolos para impedir que se llevara a cabo. Pero la prensa internacional captó con sus cámaras la golpiza. La marcha no fue un fracaso, sino una condena internacional valerosa contra el régimen de los hermanos Castro.

Este 10 de diciembre han decidido encontrarse a las 11 de la mañana en el parque de Calzada, entre D y E, en el Vedado. La marcha consistirá en caminar alrededor del parque en silencio, pacíficamente.

Tomándome una libertad que nace de la fe en la juventud, la valentía y la enseñanza que nos han dado los estudiantes venezolanos, convoco a Carlos Lage Cordoniú, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y a todos los estudiantes cubanos a que asistan a esta marcha en honor al Día Internacional de los Derechos Humanos. Sólo así podrán con vergüenza mencionar el nombre de José Antonio Echeverría, primer presidente de la FEU asesinado por la dictadura de Batista, a quien alegan tener como modelo. Este alegato es un insulto a la memoria del líder civilista y contestatario de la histórica Colina Universitaria, convertida hoy en un nido de ratas comunistas, amaestradas, como en un laboratorio, para jamás disentir del régimen totalitario que oprime al pueblo cubano y expulsar de inmediato a todo estudiante que se atreva a cuestionar la dictadura de 50 años o a demostrar que piensa por cuenta propia.

Acabo de leer el discurso pronunciado por Lage Cordoniú el 27 de noviembre de 2007 al inicio de la marcha estudiantil que lideró en honor a ''nuestros muertos, esos que inauguraron ingenua e hidalgamente el panteón de los mártires universitarios'', se refiere a los ocho estudiantes cubanos fusilados por los españoles en 1871. ''El dolor pudo más que la ignominia, y más de cien años de distancia nos conmueve y convoca'', dice. Su discurso, titulado ¿Por qué marchar un 27 de noviembre?, fue publicado en el diario Juventud Rebelde el 29 de noviembre.

¿Saben esos universitarios que fue precisamente un cubano, Guy Pérez Cisneros, junto a otro cubano, Ernesto Dihigo; un francés, René Cassin, y un libanés, Charles Malik, quienes redactaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos y que fue precisamente Pérez Cisneros, delegado de Cuba ante las Naciones Unidas, quien pronunció el discurso para proponer la votación del magno documento el 10 de diciembre de 1948? ¿Se enseña esto en las universidades del país?

Pero hay algo tan importante como la marcha del 10 de diciembre a lo cual quisiera ''convocar y conmover'' al estudiantado de mi país: que se una al Movimiento Cubano de Jóvenes por la Democracia (MCJD), cuyos líderes dieron a conocer ese mismo 27 de noviembre el proyecto Universitarios sin Fronteras, en el que presentaron ante la prensa internacional, diplomáticos extranjeros, y varios grupos de la oposición 5,000 firmas en apoyo a la autonomía universitaria. Creo que los estudiantes cubanos deben conocer a Néstor y Rolando Rodríguez Lobaina, Gerardo Sánchez Ortega, Heriberto Leyva Rodríguez, Radamés García de la Vega y otros del MCDJ que fundan sus ideales democráticos en José de la Luz y Caballero, el presbítero Félix Varela, José Antonio Echeverría. Ellos sí tienen vergüenza, cuentan con una ética que los mueve a tomar una posición radicalmente opuesta a los universitarios ''revolucionarios'', los únicos que pueden estudiar en los centros de altos estudios de Cuba.

Los estudiantes del Movimiento Cubano de Jóvenes por la Democracia exigen:

1. Libertad de expresión y asociación dentro de los recintos universitarios de Cuba.

2. No a la discriminación contra estudiantes por sus ideas políticas, religiosas o por su color de piel.

3. Desideologización de las universidades cubanas para que sean centros de conocimiento académico y formal, y no sean ''tribuna de dogma político'', entre otras cosas.

Lage Cordoniú es un estudiante muy privilegiado, porque puede hacer lo que les está prohibido, bajo amenaza de cárcel, a los cubanos: tener acceso a internet. Le recomiendo a este experto en informática --ya que él puede navegar sin censura por la red-- un artículo que salió en Clarín titulado Nacidos para clickear, en el que se analiza la nueva generación de cibernautas de Argentina, y también cómo internet, los celulares, los MP3, etc. han cambiado la forma en que los jóvenes del planeta reciben información y se comunican, escuchan música, ven vídeos y viven en la era global que les tocó.

Así que, como el hijo del vicepresidente Carlos Lage puede clickear como el resto de los jóvenes del mundo, excepto los cubanos, le recomiendo que visite www.autonomiauniversitaria.org. Ahí hallará lo que plantea el MCJD; también www.apartheidencuba.com, que es el sitio en la red de ''Marcha contra el apartheid que sufre el pueblo cubano'', como se llama la actividad programada por el doctor Darsi Ferrer para el 10 de diciembre.

El 11 de abril de 2003 tres jóvenes cubanos que intentaban fugarse de la isla secuestrando una lancha fueron fusilados por órdenes de Fidel Castro ''para dar un escarmiento''. Pero ellos son sólo tres de una lista de 8,190 víctimas del régimen castrista documentadas fehacientemente por la organización Archivo Cubano (www.cubaarchive.org).

¿Por qué no marchan los universitarios cubanos por estos mártires asesinados por los hermanos Castro? ¿Por qué no toman la antorcha de la dignidad y el coraje de los estudiantes venezolanos?

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