Mariela Castro está revolucionando las políticas de educación sexual en Cuba, pero el sábado admitió una frustración: aún sigue sin poder convencer a su padre, el gobernante Raúl Castro, de que Ejército y gobierno deben abandonar su norma no escrita de rechazar a los homosexuales de sus filas.
"Hay prejuicios en nuestras instituciones militares con relación a los homosexuales", dijo. "Es una vieja discusión en la que yo, en el plano personal, no he podido avanzar con mi papá".
El comentario fue formulado durante una discusión de cómo entender la sexualidad en la revolución cubana como parte de un panel en el tercer y último día de una conferencia sobre los 50 años de esa revolución organizado por Queen's University, de Kingston.
Castro, licenciada en educación con especialidad en psicología, es directora desde comienzos de la década del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) que tiene el propósito de delinear políticas "para contribuir a que el ser humano viva su sexualidad de forma sana, plena, placentera y responsable", según el portal electrónico de la institución.
Sobre esa base habló abiertamente no sólo de sus políticas y la respuesta de la comunidad que, según dijo era "a favor y en contra", sino también de los órganos sexuales, cómo manipularlos y la necesidad de "mantenerlos limpios" como un medio para evitar la transmisión de enfermedades.
Dijo que la discriminación contra homosexuales y bisexuales era también una práctica del gobierno cubano, lo que le llevaba a creer a ratos que su campaña era ``una lucha perdida".
"Donde hay humanidad hay diversidad", dijo. "Entonces, en el Ejército y en todas partes va a haber personas de todo tipo, se sepa o no se sepa".
Según Janelle Hippe, de Queen's University, con 0.5%, Cuba es uno de los países con más bajo índice de prevalencia del virus del sida en el mundo. Pero, hizo notar que el 80% de las nuevas infecciones se detecta entre hombres, y de ellos el 84% entre hombres que tienen relaciones con hombres.
Castro corroboró esas estadísticas. Pero, dijo que no podía confirmar si el 5% de la población cubana, como lo expresó un asistente a su exposición, era homosexual o bisexual.
Hippe afirmó que en mayo del 2008 condujo entrevistas en Cuba sobre la difusión del virus del sida en el país y la respuesta común fue que "la fobia al homosexualismo" era la fuerza motriz para el contagio entre hombres.
"La homosexualidad está altamente estigmatizada por lo que tiende a permanecer oculta dificultando los esfuerzos educacionales", dijo Hippe. "El hecho de que la sexualidad y particularmente la homosexualidad sean tabúes en Cuba es un reto para cualquier campaña educativa".
Dave Thomas, de una asociación cubano-canadiense en la zona del Niágara, le preguntó si entre sus políticas sobre sexualidad incluía la circuncisión.
"Nosotros no promovemos la circuncisión", dijo Castro. "Primero, porque en Cuba son muy pocas las personas que por razones religiosas lo hacen y porque a nadie se le puede decir que eso es lo mejor porque no necesariamente es lo mejor..."
Castro dijo más adelante a reporteros que "todavía en la sociedad cubana hay muchos prejuicios, a nivel gubernamental, de instituciones como el Ejército y la población en general" contra los homosexuales. Explicó que los prejuicios los ha arrastrado Cuba, como otros países en América Latina, desde tiempos de la colonia española, y que antes de venir a esta conferencia había llegado a la conclusión de que "50 años es muy poco tiempo para lograr los cambios culturales que se propuso una revolución socialista" que dirigió primero su tío, Fidel Castro.
Mariela reconoce discriminación en el ejército
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