Cuba realizará este fin de semana el ejercicio "Meteoro 2009", que prepara a los habitantes e instituciones de la isla para enfrentar situaciones de desastre, al igual que se hace cada año antes de comenzar en junio la temporada de huracanes.
Entre el sábado y el domingo se revisarán y actualizarán los planes para disminuir el impacto de ciclones, lluvias intensas, inundaciones, sismos, accidentes tecnológicos y peligros sanitarios, precisa hoy el diario oficial Granma.
La operación será coordinada por el Sistema Nacional de Defensa Civil e involucra a la población, organismos estatales, cuerpos militares, bomberos y personal sanitario.
El domingo se realizarán actividades en las comunidades para que los habitantes de cada lugar sepan cómo enfrentar los riesgos locales y perfeccionen las acciones de recuperación en caso de "desastres de gran magnitud".
El papel de las comunicaciones en la prevención de desastres tendrá gran protagonismo, con iniciativas de los radioaficionados y el uso del "teléfono meteorológico", servicio que brinda pronósticos detallados y orientaciones a la población durante el paso de ciclones.
El ejercicio "Meteoro" permite a los cubanos comprobar el funcionamiento de sus estructuras para proteger vidas humanas y recursos materiales y económicos, y se realiza desde 1986 poco antes de la temporada de huracanes, que va del 1 de junio al 30 de noviembre.
Cuba está situada en una zona azotada todos los años por huracanes y tormentas tropicales y se ha visto obligada a desarrollar un sistema de evacuación masivo para proteger a la población.
En 2008 los huracanes "Gustav", "Ike" y "Paloma" causaron en la isla siete muertos y daños por más de 10.000 millones de dólares, según fuentes oficiales.
El "Gustav", que llegó al occidente de Cuba en agosto de ese año con categoría cuatro en la escala de intensidad Saffir-Simpson, de un máximo de cinco, produjo una ráfaga de viento de 340 kilómetros por hora, que ha sido reconocida por la Organización Meteorológica Mundial como la más fuerte jamás registrada en un huracán.
Una depresión atmosférica se convierte en tormenta tropical cuando sus vientos máximos sostenidos a nivel del mar pasan de 63 kilómetros por hora, y en huracán cuando superan los 118.
El jefe de Pronósticos del Instituto de Meteorología cubano, José Rubiera, dijo que la próxima temporada de ciclones en el Atlántico será "activa" y que "siempre hay que estar preparados".
Cuba realizará un ejercicio contra los desastres en espera de la temporada de ciclones
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