Congresistas partidarios de la flexibilización del embargo contra Cuba se aprestan a lanzar esta semana una ofensiva para impulsar sendos proyectos legislativos --en el Senado y la Cámara de Representantes-- que echarían abajo una de las más polémicas cláusulas de la política de Washington respecto a los ciudadanos estadounidenses: la prohibición de viajes turísticos a la isla.
Este martes los senadores Byron Dorgan, demócrata por North Dakota, y Mike Enzi, republicano por Wyoming, presentarán ante la prensa una propuesta de Ley de Promoción de Viajes a Cuba, respaldada por un amplio bloque bipartidista del Senado.
La iniciativa liberaría totalmente los viajes de estadounidenses a Cuba, limitados por las regulaciones del embargo desde 1963.
Y los partidarios de levantar el embargo saben que el momento no podría ser más crucial, al calor de fuertes debates en el Congreso sobre la opción de giro en la política estadounidense bajo el mandato del presidente Barack Obama.
Entre la veintena de influyentes senadores que han anunciado ya su apoyo a la propuesta figuran los demócratas Christopher Dodd (Connecticut), Max Baucus (Montana), Jack Reed (Rhode Island), Michael Bennet (Colorado) y Dianne Feinstein y Barbara Boxer (California), así como los republicanos Richard Lugar (Indiana) y Johnny Barrasco (Wyoming), y el independiente Benard Sanders (Vermont).
La presentación del proyecto legislativo --que hace dos años fue derrotado en el Congreso-- convocará este martes en el Capitolio a personalidades del sector económico y la sociedad civil en Estados Unidos, como Bob Stallman, presidente de la Federación Agrícola Americana; Myron Brilliant, vicepresidente primero de la Cámara de Comercio de EEUU; y José Miguel Vivanco, director ejecutivo de la división de Human Rights Watch para las Américas.
La propuesta del Senado ha estado impulsada por ingentes esfuerzos de organizaciones cívicas y grupos de cabildeo, que en recientes semanas se volcaron a realizar proselitismo y recoger firmas en lugares públicos a favor de la libertad de viajar sin restricciones a la isla.
Se estima que unos 130,000 estadounidenses viajan cada año ilegalmente a la isla a través de terceros países.
De producirse una apertura del turismo las visitas se dispararían a unos 3 millones anuales, según un reciente estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI). El crecimiento representaría un reto impactante para la capacidad hotelera y la recepción turística en la isla, donde el promedio de visitas por año apenas rebasa los 2 millones de turistas, principalmente de Canadá y Europa.
Como parte de la oleada de propuestas en torno a Cuba, el pasado jueves fue presentado otro proyecto legislativo que busca eliminar los obstáculos existentes para la venta de productos agrícolas y permitiría las transacciones financieras directas con Cuba. La propuesta auspiciada por el representante republicano Jerry Moran (Kansas) cuenta con el apoyo bipartidista de una veintena de congresistas.
Pero el empuje antiembargo en el Congreso no termina ahí. El jueves representante demócrata William Delahunt (Massachusetts) hará una presentación similar ante los periodistas en Washington para revelar el apoyo de unos 120 copatrocinadores bipartidistas a su proyecto Ley de Libertad para Viajar a Cuba.
El proyecto de Delahunt --registrado oficialmente ante la Cámara el pasado 4 de febrero-- contiene cláusulas similares al documento promovido por el Senado.
Ofensiva en el Congreso a favor de los viajes a Cuba
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