A varias terminales de ómnibus de la capital se han incorporado ómnibus nuevos de procedencia china que, según las autoridades, contribuirán a reanimar el deprimido sistema de transporte en Ciudad de la Habana.
Estos ómnibus que aún no han llegado a terminales periféricas como Santiago de las Vegas y el Cotorro, son conocidos como"peceras" debido a su forma rectangular.
Tenían instalado aire acondicionado, pero se los quitaron argumentando la corta distancia que deben recorrer entre una parada y otra durante el recorrido.
¿Aguantarán el tren de pelea? ¿Durarán o no durarán? Son preguntas obligadas al ver la entrada triunfal de los nuevos carros.
El asunto empezó mal, porque los ómnibus sólo tienen pequeñas ventanas en la parte superior de sus laterales, dificultad que ya está en vías de solucionarse. Y surge otra pregunta: ¿Por qué no se previó este inconveniente a la hora de comprarlos teniendo en cuenta el calor que hace en Cuba?
Personalmente dudo que los autobuses nuevos aguanten la candela.
Como sus predecesores, los británicos Leyland, los españolas Pegaso, los checos Karosa, los húngaros Ikarus, verdaderos centrales azucareros rodantes, y mas recientemente las ya desvencijadas Mercedes Benz germano-brasileñas, ensambladas en Cuba, los nuevos autobuses están condenados a terminar, mas temprano que tarde, en un cementerio de chatarra.
Las causas de los problemas en el transporte, no solo en la Habana sino en toda Cuba, son mayormente "subjetivas", dependen de las actitudes que asumen los hombres, que en vez de conservar destruyen rápidamente.
Los empleados de transporte por ómnibus parecen estar ocupados en su "lucha diaria". El chofer por manejar a contrapelo de los baches, frenando fuerte, como si llevara ganado a bordo de su vehículo, exceso de velocidad, etc.; el conductor, a quien se le olvida entregar los boletines, y carente casi de siempre de cambio, y el mecánico resolviendo combustible, piezas, formando una larga cadena de irrespeto al ciudadano.
No queda mucho tiempo para exigir el cuidado de los ómnibus, pues se hacen "de la vista gorda" cuando algunos pasajeros molestos cometen algún acto de vandalismo mientas viajan en los autobuses: rompen ventanillas a golpes y porrazos, y rayan los asientos.
¿Por que estos comportamientos?
Porque no existe sentido de pertenencia, nadie se siente dueño verdadero de los ómnibus, y no existe conciencia de la necesidad de cuidar estos bienes que a la postre están ahí para mejorar la calidad de vida de la población.
Estas anomalías contribuyen decisivamente a acortar la vida útil de los ómnibus, que como todo en este país comienza muy bien, para luego sufrir un rápido deterioro que provoca la insuficiencia en los servicios que requiere la población.
Si las cosas siguen como están no le auguro mucho tiempo de vida a los nuevos ómnibus chinos. Hay muchas cosas que cambiar para que puedan realmente ser eficientes y aguantar el tren de pelea y la candela cotidiana.
Nuevas guaguas chinas
Etiquetas: Noticias |
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario